lunes, 17 de junio de 2013

El Tedio de la larga espera...

El tedio de la larga espera…



Qué vendrá mañana?

Divaga solitaria, perdida entre la gente, silente, triste, ausente, recorre cabizbaja las calles sin sentido, bajo la tormenta de una noche invernal, ella va tejiendo sueños en su mente.

Llora despacito,  lentos son sus pasos, agonía y desesperación hay en sus ojos, una muchedumbre de impacientes feligreses, interrumpen su camino. Alguien intuye que su alma vaga triste y le regala una sonrisa, que es para ella como agua en el desierto.

Fuera de una iglesia se escuchan letanías, cantos, suplicas y ruegos, un río de almas sedientas de milagros, cirios y lirios por todos lados,  la fe es esa llama que nunca se apaga, permanece intacta así la soplen mil decepciones.

Aturdida se aleja, se refugia entre los árboles, extraviado el pensamiento en recuerdos de antaño,  leve es la llovizna, intensos sus dolores, para los males del alma no hay remedio. Es entonces cuando una tentación llamada muerte aparece por los pasillos de la mente.

Es largo el túnel de la duda,  amargo el néctar de la traición, camina a tientas intentando divisar la luz detrás de la niebla. 
Intenta borrar las horribles figuras que han quedado grabadas en las paredes de su memoria pero es imposible.   

Los desatinos, le han enseñado a desconfiar, a mantenerse alerta, a no distraerse ni con el ruido de una hoja que cae, ya no recorre el camino con la misma emoción, con la misma intensidad, con la misma ilusión,  ya no le quedan sueños, se han borrado de las paredes de la imaginación todas sus quimeras,   algún brujo malvado abrió  un día las ventanas y se escaparon todos sus anhelos, el amor fue un esquivo peregrino y solo le dejo semillas de dolor.

Hoy es música triste la que suena dentro de su corazón, melodía de llanto, la soledad le lleva de la mano por un sombrío y oscuro camino, tirita de frío, atrapada entre barrotes de amargura y desamor la esperanza.

A lo lejos oye una voz del pasado, se reanima, se entusiasma, un breve instante de alegría, en el que su espíritu demente cree ser feliz, pero luego se rompen los espejos, los cristales estallan en su cara, la realidad la mira a los ojos, y torna el silencio ese sórdido silencio que envuelve de noche todos sus instantes.

Es entonces cuando una tentación llamada muerte aparece por los pasillos de la mente…